Como ya es habitual en los inviernos de nuestro instituto, el alumnado de 2º de bachillerato ha realizado su viaje a Soria, y como también es habitual ha sido un viaje entrañable, porque Soria nos recibe con los brazos abiertos y descubrimos sus espléndidos monumentos y su sugerente naturaleza. Nos invita a vivir en primera persona las hazañas de El Cid en Medinaceli, el misterio del famoso Monte de las ánimas tras el monasterio de San Juan que inmortalizó Bécquer, el sonido de las teclas del piano que tocó Gerardo Diego y que descansa en el Casino de la ciudad, las luchas contra los romanos que convirtieron en héroes a los celtíberos en Numancia o los paseos por la ribera del Duero que protagonizaron Machado y Leonor…

 

Nuestro viaje a Soria ha sido memorable porque sus gentes nos regalan su sencillez y el entorno hace posible que no nos deslumbren las luces de neón, los cines, los coches y las tiendas de las grandes ciudades. Soria nos incita a mirar hacia dentro y así descubrimos que convivir con los compañeros y compañeras se convierte en una experiencia mágica y única. Y eso es, en realidad, lo que al cabo de los años nos queda de Soria.

Este año, además, el viaje se ha enriquecido con el descubrimiento de Mequinenza, de su controvertido pantano, de sus minas y, como no, de la agudeza de su Jesús Moncada.

Y también Soria nos ha regalado un tesoro, nuestra primera antología de relatos inspirados en Mientras cenan con nosotros los amigos, la obra de Avelino Hernández, un soriano que ha conseguido llenar las aulas de nuestro instituto de ternura. Sus historias sencillas llenan el corazón porque consigue descubrir el motor de la existencia, la esencia de la vida es estar con aquellos que nos quieren y a quienes queremos, los amigos.

Los alumnos y alumnas que lo han leído han querido también participar de la alegría de sentirse sabios y nos transmiten en sus relatos historias con valores que insisten en que la vida vale la pena vivirla. Y firmarla.

Es así como nace Mientras leíamos a Avelino, uno de cuyos ejemplares está hoy en Valdegeña, el pueblo de Avelino y de Ricardo, su hermano, que consigue siempre hacernos vibrar con la naturalidad de los hombres que aman a su tierra.

Relatos “Mientras leíamos a Avelino”:
https://drive.google.com/file/d/1D0H_9eJLyXK8D_uw7bx_MK60qUCcEglq/view?usp=sharing

Gracias a todos por hacer posible que la historia y la literatura se fundan en un viaje fascinante.

Julia García
Profesora de Lengua y literatura castellana

 

 

Més fotografies: https://drive.google.com/drive/folders/1-i6QMBfUGFE9mdYwutFDi_PzQBixA5n9